Viviendo un Ictus: Comprenderlo y actuar con precisión

Imagine que está caminando por una acera, bien delimitada de la carretera, con los auriculares puestos y disfrutando de su música favorita. De repente, la música se detiene y, al alzar la vista, se da cuenta de que ya no está en la acera, sino en medio de la carretera. ¿Qué está ocurriendo? ¿Cómo ha llegado hasta allí? ¿Qué sucederá si pasa un coche? ¿Será capaz de regresar con seguridad?

El desconcierto y el pánico se apoderan de usted.

De repente, las referencias desaparecen, las líneas se difuminan y no distingue con claridad la carretera de la acera.

Podría parecer el argumento de una película de ciencia ficción, pero no lo es. Esta es una realidad a la que se enfrentan más de 1.500 personas cada año en Baleares. Hablamos de una incidencia de 630 casos por cada 100.000 habitantes, acumulando más de 7.000 personas afectadas en nuestra comunidad.

Estos números permiten dimensionar el problema, pero también corren el riesgo de deshumanizarlo.

Los profesionales que trabajamos en la rehabilitación neurológica entendemos que no es solo un problema sanitario; es un drama humano y social que afecta no solo a quienes lo padecen, sino también a sus familias, amigos y entorno. Un ictus altera radicalmente la vida de los pacientes y de todos aquellos que los rodean.

La necesidad de una intervención eficaz y personalizada para cada caso

Nuestra experiencia nos ha enseñado dos principios fundamentales en la rehabilitación del ictus:

  1. La intensidad del tratamiento marca la diferencia. Para lograr una recuperación efectiva, es necesario un volumen de trabajo que, actualmente, el sistema sanitario público no puede proporcionar en su totalidad. No es justo ni realista que la carga recaiga exclusivamente en el paciente y su entorno. Ellos ya enfrentan un desafío físico y emocional inmenso.
  2. Nuestro papel es proporcionar dirección y estrategias basadas en evidencia. Como profesionales de la neurorehabilitación, nuestro objetivo es diseñar planes de trabajo sistemáticos e individualizados, fundamentados en la investigación científica y en una carga de trabajo suficiente para optimizar la recuperación cerebral. Acompañamos al paciente en cada paso del proceso, mitigando los efectos del ictus y potenciando la autonomía.

Volviendo a la analogía de la carretera, el fisioterapeuta actúa como esas líneas de referencia que ayudan al paciente a encontrar nuevamente su camino, minimizando los riesgos y proporcionando orientación.

La «música» que antes sonaba en los auriculares ahora debe convertirse en un mensaje de calma, seguridad y motivación, facilitando que el paciente recupere el control y pueda disfrutar de su vida con la mayor independencia posible.

En Neuromallorca, nos comprometemos a ser ese guía en el camino de la recuperación. Creemos en la rehabilitación intensiva, basada en tecnología avanzada y metodologías innovadoras. Porque cada persona afectada por un ictus merece una oportunidad real de volver a la «acera» y retomar su vida con plenitud.


Fuentes:

«Una de cada cuatro personas que padecen un ictus volverá a tenerlo». Enlace

«Desigualdades territoriales en atención al daño cerebral en España». Estudio realizado por la Federación Española de Daño Cerebral (FEDACE). Observatorio de Daño Cerebral. Diciembre 2019. Enlace

«Más de 2.200 nuevos casos de ictus se diagnostican al año en Baleares». Enlace