
🧠 Un hito histórico en la neurorehabilitación: el despertar de la médula espinal
Hace poco más de una década, una publicación científica sacudió los cimientos de la neurología: en 2012, un equipo de investigadores liderado por el profesor Gregoire Courtine en la Escuela Federal Politécnica de Lausana (EPFL) logró algo que parecía ciencia ficción: restaurar el control voluntario de la marcha en ratas paralizadas.
¿La fórmula? Una combinación disruptiva de neurofarmacología, estimulación eléctrica epidural y entrenamiento asistido con tecnología robótica. El estudio fue publicado en Science y dejó claro que estábamos al borde de una revolución científica (van den Brand, Heutschi et al., 2012).
Pero lo que acaba de ocurrir va más allá de cualquier predicción.
En noviembre de 2022, ese mismo grupo de investigación, junto a la brillante científica Claudia Kathe, publicó en Nature un trabajo que, sin exagerar, podría considerarse uno de los avances más importantes en la historia de la neurociencia aplicada: nueve personas con lesiones medulares severas recuperaron la capacidad de caminar. Y no hablamos solo de caminar con asistencia.
En seis de los casos, tras meses de rehabilitación intensiva, lograron dar pasos incluso sin necesidad de estimulación eléctrica. Un salto cuántico.
La ciencia que camina
Este avance no es producto de una sola disciplina, sino la convergencia de muchas: neurocirugía, bioingeniería robótica, ingeniería genética, neurofarmacología, óptica, inteligencia artificial y entrenamiento rehabilitador de precisión. La médula espinal, alguna vez considerada una vía pasiva de transmisión, se revela ahora como un centro plástico, dinámico, capaz de reaprender y reorganizarse.
¿La clave? La identificación de dos grupos neuronales cruciales en el proceso de recuperación:
- Vsx2, interneuronas excitatorias de la médula espinal lumbar.
- Hoxa10, un factor de transcripción ligado a neuronas caudales.
Ambas poblaciones neuronales se activaron de forma específica durante el proceso de rehabilitación, y su papel fue tan determinante que los investigadores lograron aumentar la fuerza motora de las extremidades inferiores de forma significativa.
La tecnología detrás del milagro
El proceso incluyó el uso del sistema robótico Rysen, una plataforma que permite el entrenamiento multidireccional sobre el suelo real, reduciendo el peso corporal del paciente mientras camina. Esta herramienta fue fundamental para crear un entorno en el que el sistema nervioso pudiera volver a integrar el patrón de la marcha, como si se tratara de un nuevo aprendizaje.
Cinco meses de entrenamiento intensivo, de 4 a 5 sesiones por semana. Una sinergia entre cuerpo, máquina y cerebro. Una apuesta por la neuroplasticidad.
Y los resultados, simplemente, hablan por sí solos.
¿Por qué esto cambia todo?
Porque por primera vez estamos viendo cómo la ciencia no solo detiene el daño, sino que lo revierte funcionalmente.
Porque este no es un experimento en ratas: son nueve vidas reales cambiadas para siempre.
Porque no estamos hablando del futuro. Es ahora.
“La médula espinal tiene una gran capacidad plástica, solo había que despertarla.” – Gregoire Courtine (2012)
Fuentes:
Kathe, C., et al. (2022). The neurons that restore walking after paralysis. Nature 611: 1-8.
van den Brand, R., et al. (2012). Restoring voluntary control of locomotion after paralyzing spinal cord injury. Science 336(6085): 1182-1185.